La zona de Manshiet Nasser se presenta como lugar de contraste, como un paisaje de crecimiento contrapuesto al resto de la ciudad. Mientras hoy en día el modelo dominante es el crecimiento extensivo, los zabbaleen crecen hacia arriba, mirando al cielo y trasladando la vida a los tejados. Sus casas son un yacimiento histórico, base para leer la ciudad a través de sus desechos. Como en un vertedero, van acumulando basura en las plantas bajas reduciendo el espacio común a calles de paso huyendo hacia arriba para encontrar intimidad.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=6ILUa6bW45Q[/youtube]
Los desechos producidos por los 20 millones de personas de El Cairo sirven de asfalto para las calles de garbage village mientras los habitantes arañan espacio al cielo para construir sus viviendas lejos del suelo que han macizado con los residuos. Buscando el aire extienden la sombra en los callejones.
Los zabbaleen viven con la posibilidad de un crecimiento continuo, dejando los tejados llenos de hierros que esperan el siguiente estrato social, a la siguiente generación de recolectores.
Las azoteas se convierten durante esta espera en el espacio público del barrio, el campo donde pastan las ovejas o se guardan las gallinas, el único lugar libre de bolsas de basura.