Día tras día desde hace mucho tiempo estamos viendo la cantidad de programas de televisión basura que proliferan en las parrillas de las cadenas españolas, como si se tratara de urbanizaciones sin alma colonizando el territorio. Estos programas que atentan contra la dignidad de las personas, que suponen un ataque a la inteligencia de los espectadores y que sólo benefician a los que participan en ellos y a los que se anuncian en sus intermedios, crecen y crecen con la justificación de que es «lo que la gente pide, lo que la gente ve… ¡y ahí están las audiencias!» («¡y ahí están las cifras de ventas de pisos!» … y aquí dejo la analogía con lo inmobiliario para que la imaginación del navegante siga por ese camino en solitario si lo desea..).
Las empresas anunciantes a través de su publicidad intentan captar la atención de aquellos que, eligiendo esos programas para ocupar su tiempo, evidencian que no tienen criterio para distinguir lo importante de lo superfluo, lo valioso de lo insignificante, y que, por tanto, están dispuestos a comprar sus productos sin pensar si quiera en si los necesitan.
Pues bien, ¿cómo probamos el poder que tenemos como consumidores dentro del sistema de mercado? Pues en este caso está claro: no viendo estos programas. De este modo los anunciantes se retirarán de este tipo de programas por su baja audiencia y por lo tanto las televisiones privadas, cuyos ingresos dependen de la publicidad, se verán obligadas a retirarlos de la parrilla. Pues vamos a intentarlo. Vamos a apoyar y dar publicidad a la iniciativa tomada por Antonio Rico y expuesta en su interesante blog de análisis de la caja tonta: «625 Ranas, Televisión desde el punto de vista batracio«.
Antonio nos propone no ver la entrevista que Telecinco tiene prevista hacerle a Julián Muñoz, conocido personaje, ex-alcalde de Marbella y condenado por prevaricación urbanística en varios juicios. No es nuestro interés ensañarnos con el individuo en cuestión. Nos parece simplemente uno de los árboles, quizá sólo un arbustillo, que tiene el bosque de la corrupción, de la urbanización incontrolada, de los municipios avariciosos y ciegos ante sus propios recursos territoriales. Es un personaje que se ha seleccionado frecuentemente (sobre todo en noticiarios y programas de televisión como el que tratamos en este post) para ser juzgado y condenado como único culpable del hecho generalizado de que gran cantidad de ayuntamientos, al calor de la desidia con la que las comunidades autónomas se han tomado la obligación de ordenar su territorio y su paisaje, han expoliado su suelo con el fin (publicitado y aplaudido por el público) de crecer y ser más que el de al lado, para poder crecer y ser más que el de al lado y para poder crecer…; y con otros fines más ocultos y desconocidos que tienen más que ver con el beneficio económico de unos pocos. Así Julián Muñoz es el gran responsable del pelotazo inmobiliario y las miradas se desvían hacia él dejando en el ángulo muerto al resto de culpables, que, dicho sea de paso, son con toda probabilidad mucho más culpables.
Volviendo al tema que me pierdo. Se especula (y tiene guasa el término) con que Telecinco va a abonar a este personaje entre 300.000 y 350.000 euros por la entrevista. Como nos parece escandaloso que se premie con dinero a los que son condenados por beneficiarse personalmente del poder que le otorga ostentar un cargo público; como creemos que este tipo de programas deberían desaparecer, o al menos perder cuota de pantalla; y por un millón de motivos más, declaramos solemnemente que:
No veremos la entrevista a Julián Muñoz
y que intentaremos convencer a la mayor cantidad de gente posible de que no la vean.
Si quieres saber más sobre la noticia y estar actualizado visita www.noveaslaentrevista.com/
PD. Por cierto, os esperamos hoy en el Círculo de Bellas Artes, en la fiesta-conciertazo de Extraterrestres. Nos lo vamos a pasar de miedo.