Este post pertenece a la serie de textos que documentan la construcción de inflables Zaborra Puztu en colaboración con el centro escolar público de Lekeitio (Bizkaia) dentro del marco de KALEKA, Festival internacional de teatro de calle de Lekeitio.
Encarábamos la última semana con la presión de este tipo de proyectos. El viernes era la última sesión en la escuela: teníamos que dejar todo listo para el evento público del 26 de diciembre 2016.
Cada sesión está compuesta por las tres clases de sexto de primaria que dedican cada una 1 hora y media al proyecto dentro de su asignatura «Elkarrekin» (juntos/as en euskera). Esta es la cuarta y última semana del proyecto ¿se habrán dado cuenta de que el final esta cerca?
Este era el estado de los inflables y el plan de trabajo que teníamos por delante. No esperamos que lo entendais todo, es un documento de trabajo interno:
Por un lado hicimos inventario de todo el plástico «duro» (como hemos llamado coloquialmente al polietileno transparente, que viene habitualmente en superficies más grandes y más resistente que las bolsas de comercios tradicionales), ver arriba a la derecha en naranja. Es muy importante llevar un inventario claro, y visual a ser posible, de lo que tienes y de lo que no para poder planificar. Unas bolsa con las que contábamos al final no llegaron, pero apareció por ahí una gran pieza de plástico transparente.
Por otro lado terminamos de diseñar todas las piezas y mandamos los dibujos. En la primera clase no íbamos a estar nadie de Basurama y las instrucciones de lo que había que hacer tenían que ser lo más claras posibles.
Era el momento de decidir qué tamaños podíamos hacer. Para ello nos ayudamos de esta hoja de cálculo. Le puedes dar un radio y te calcula la longitud y superficie de las piezas. Muy útil para saber si teníamos el plástico suficiente. Para facilitarnos las cuentas el arco de circunferencia supone 2/3 del total de la circunferencia, lo que permite calcular fácilmente la base (A) del cilindro.
Gracias a los cálculos pudimos ver que el cilindro apaisado podía pasar de 2 a 2,5m de radio y que teníamos «sábana» de 5 metros de ancho suficiente para hacer la cubierta y las tapas. Solemos decir que esta es una de las pocas oportunidades de aplicar el famoso número pi (3,14) en la vida real. Puede que para los de 6º de primaria sea pronto, pero para muchas otras personas con los que hablamos del tema pi sigue siendo algo casi mágico que no saben para qué sirve.
En tres pasos
La primera clase se dividió en grupos de 3-5 personas. Hemos aprendido que cuanto más pequeños sean los grupos, mejor trabajan.
Los dibujos tienen que ser lo más claro y unívocos posibles. Esto dio lugar a que las paredes de la pirámide se pegaran erróneamente con los vértices de colores cada uno para un lado (hubo que despegarlos y volverlos a pegar el día siguiente).
Los otros grupos hicieron los tunelillos que conectan los ventiladores a los inflables, bolas a partir de los desechos de plástico y siguieron construyendo una gran superficie de plástico transparente par usarla en los diversos túneles.
La sensación es de avance lento, pero avance al fin y al cabo.
En la segunda clase nos volvimos a dividir en equipos:
Trabajando ya con superficies muy grandes no cabíamos todo el grupo en el mismo sitio, así que nos dividimos entre el gimnasio, el frontón y el patio. Por suerte no hizo viento aquel día soleado.
- Un grupo despegó y volvió a pegar las caras de la pirámide.
- Otro cortó las tapas del cilindro apaisado. Para ello tuvimos que dibujar las circunfererencias con una cuerda y un rotulador.
- Otro siguió extendiendo la «sábana» de polietileno. Tomamos la decisión de hacer la de 6 metros de ancho, y no de 5,65 como teníamos dibujado, para facilitar la replicabilidad. Estamos pensando que todos los túneles que conectan los inflables deberían ser iguales entre sí. Una medida de 6 metros da para unas circunferencias de unos 1,9m de diámetro ¡gracias número pi!
- El último grupo se ocupó de la cubierta del cilindro.
Un rato antes, en el camino en coche desde Bilbao a Lekeitio tuve una visión, bastante obvia por cierto. Si estábamos construyendo unos inflables que pudiéramos reutilizar y conectar entre sí, era necesario pensar en estandarizar las medidas y las conexiones. Era indispensable hacer los túneles y agujeros de igual tamaño para facilitar las uniones. Como bien describen en el libro de los Ant Farm, si tienes las conexiones más complicadas resueltas (tubo con tubo, codo, entrada…) la construcción se oconvierte en algo tan sencillo como conectar dos tubos.
Con esa idea en la cabeza pensé que cada inflable tenía que tener la forma que fuera pero un tubo al menos de unas medidas estándar para conectarlo a los otros. Ese es el camino a seguir, pero todavía tenemos inflables como el «tubo de pasta de dientes» que tiene un túnel a cada lado de diferente tamaño.
El viernes era la tercera clase, el último día disponible. Todas las clases del centro escolar querían aprovechar que ese día acabábamos la construcción para venir a visitarnos a nuestros talleres: el gimnasio y el frontón. Nos hacía mucha ilusión pero… ¡todavía no teníamos ningún inflable terminado!
Con Andere, Maider y Teo de KALEKA fuimos por la mañana a la escuela a adelantar trabajo. Un equipo nos centramos en la pirámide y el otro en el cilindro.
Perdimos parte de la mañana construyendo los accesos a la pirámide:
- Había calculado con esmero cómo sería la forma del acceso, esto es, resolver el problema geométrico de la intersección de un rectángulo y el plano inclinado del tetraedro. Habíamos elegido el rectángulo para no tener que ponernos a dibujar una elipse. Esto es algo divertido para un apasionado de la geometría descriptiva, pero como luego se vio, no del todo útil si la superficie que estás usando no será un cuerpo platónico perfecto (tetraedro) sino una superficie irregular , «todo tiene a ser una esfera» si lo inflas lo suficiente.
- Me equivoqué al traspasar las medidas al plástico. Aunque estaba prevenido, esto de tener túneles de diferente tamaño es un lío. Vista la hora que era, decidimos cerrar el inflable tal cual estaba y ya resolveríamos más adelante el tema de las entradas. Lo que pasaba es que no todos los lados de los triángulos supuestamente equiláteros eran iguales. Tuvimos que extender una de la caras y finalmente cerramos con cinta todas las aristas.
El cilindro también necesitaba un buen empujón. Faltaba pegar todas las piezas entre sí. Una superficie de más 10×10.47m necesitaba el espacio más grande posible, el frontón. Llovía un poco pero por suerte no había viento. En tres cuartos de hora pudimos cortar los sobrantes de plástico de la cubierta y pegar la cubierta a las tapas. También hicimos los agujeros en la cubierta cerca de la base para poner los tunelillos de entrada de aire de los ventiladores.
Al final conseguimos tener listos los inflables, pero todavía tenemos que hacer las entradas, salidas y conexiones con los túneles. En cualquier caso toda la escuela pudo ver el resultado, aunque fuera en el último minuto. Todas las clases de 3º a 5º habían recopilado y cortado las bolsas que las de 6º habían utilizado para construir. Qué alegría tenían todos en sus caras al ver el resultado. Muchos no se podían creer lo que veían.
No dio tiempo a hacer las puertas y dejar entrar… reservamos ese momento mágico para el día 26. Nos fuimos a casa felices, aunque con algunos deberes más de lo esperado para la semana que viene.
Te lo cambio: La liga de los inflables extraordinarios
Hace unos días Maider de Kaleka nos propuso pensar conjuntamente cómo hacer que los inflables construidos se usaran en otras localidades y festivales. Esbozamos estas ideas:
KALEKA y Basurama se han embarcado en un proyecto de producción de inflables con plástico usado. Después de realizar un inflable este verano durante el festival, con la ayuda de familias y jóvenes de todas las edades, están produciendo una nueva familia de inflables con un centro escolar de Lekeitio.
Se propone ofertar los inflables producidos a otros festivales o encuentros afines para establecer nuevas líneas experimentales de colaboración entre ellos. Es un punto de partida para que los trabajos se conozcan y se produzcan polinizaciones entre ellos.
De este modo se pueden generar líneas de colaboración que puedan generar una línea de trabajo común o den lugar a nuevos proyectos.
Experiencias previas: en noviembre-diciembre de este año (2016) estuvo expuesto el inflable Zaborra Puztu que construimos este verano en la exposición Rehogar 08 que organiza el colectivo Makeatuvida en Barcelona.
Tras haber cerrado los inflables en la escuela vemos que es factible replicar esta experiencia en otros centros escolares e intercambiar o juntar en un mismo lugar los inflables (como la ciudad modular de Prada Poole). Ya os iremos contando más sobre esta idea, sería ¿una red de intercambio de inflables? ¿una bilbioteca de hinchables? ¿un evento para hacer un megainflable a partir de las piezas de todos? ¿una liga de inflables extraordinarios?
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