malas noticias desde la cañada real

Vaya, Madrid sigue caminando firme hacia la modernidad y unos irreductibles galos se empeñan en mancharle el tupé engominado con sus chabolas. El jueves se anuncian más derribos, en este caso de las viviendas más infraviviendas de la cañada, las que están en el llamado «gallinero», que ha sido inundado dos veces con las lluvias de este otoño.

Nos ha llegado este comunicado a nuestro email, y nosotros lo posteamos aquí­ porque nos parece que la situación de la Cañada Real de Madrid es un caso de interés general para todos aquellos que nos interesa la ciudad, en general, y Madrid en particular:

Madrid a 25 de Noviembre de 2008.

Según hemos podido conocer desde la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada, el próximo jueves 27 de Noviembre se van a efectuar derribos en el poblado chabolista de El Gallinero.

Al parecer, y tal como ha ocurrido en otras ocasiones, la intervención del Ayuntamiento va orientada a impedir que se asienten nuevas chabolas y nuevos vecinos en el poblado, por lo que se derribarán, presumiblemente, viviendas que en principio estén desocupadas. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que no siempre ocurre así y que en las dos ocasiones anteriores en las que se efectuaron derribos en el mismo poblado al menos tres de las viviendas derribadas sí estaban ocupadas.

La falta de transparencia sobre qué chabolas son sobre las que se va a intervenir genera en la población del poblado y en nosotros mismos una inquietante preocupación que en el fondo vivimos también como una forma de violencia encubierta. Si hubiese un planteamiento claro y se derribasen sólo las que están vací­as todos podríamos sentirnos más seguros, pero tal y como se realizan las actuaciones del Ayuntamiento no podemos sino sentir que se nos disparan todas las alarmas.

Lo que termina poniéndose en juego es la posibilidad de hacer una intervención con la población que tenga sentido. De un lado se gasta esfuerzo y dinero en pretender la tan ansiada escolarización de los niños de El Gallinero, pero resulta difí­cil trabajar en esa lí­nea si mientras los niños están en el colegio es posible que les estén derribando sus casas. Es prácticamente imposible concienciar a la población de la buena voluntad de las Administraciones por desratizar el poblado si no saben si van a poder seguir teniendo sus chabolas en pie. Es una contradicción manifiesta el trabajo arduo de establecer una atención sanitaria  cuando por dentro no sabes si vas a poder pasar la convalecencia en tu casa (por pobre que sea) o vas a tener que meterte en otra ya de por sí saturada de personas.

Dicho de otra forma, mientras estas intervenciones del Ayuntamiento no cesen, no va a ser posible el trabajo de integración que tantos estamos intentando realizar. Por ello queremos instar al Alcalde de Madrid, Don Alberto Ruiz Gallardón, a la Presidente de la Comunidad, Doña Esperanza Aguirre, y al Defensor del Menor de la Comunidad, Arturo Canalda a que expliquen de una vez por todas cuál es su pretensión en relación con esta población. De esta forma todos los que trabajamos en la zona, incluyendo a los propios técnicos municipales y de la comunidad que intervienen de una u otra forma con la población afectada, podríamos saber a qué atenernos.

Ahora de momento lo único que podemos es seguir sumidos en el miedo y en la inseguridad de saber qué chabolas son las que van a derribar el jueves.

Fdo.: Parroquia de Santo Domingo de la Calzada.

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