aquellos chalados con sus locos cacharros (II)

Seguimos con los post sobre música basura.
En basurama industries, entre otras cosas, escuchamos música irredentemente, a todas horas.
Y por ello, entre otras cosas, hemos organizado unos cuantos eventos musicales. En esta serie de posts vamos a ir hablando de ellos, contando sus historias vitales y musicales. Por qué nos gustan y qué es lo que están haciendo ahorita mismo.

Los músicos que más nos gusta invitar para fiestas y proyectos son Rabato y Yes, Robot. Ambos son parte del movimiento europeo llamado micromusic, una auténtica comuna transnacional que dedica su vida a reutilizar aparatos de tecnología obsoleta y a convertirlos en máquinas de escupir bits (de 8 en 8, claro), píxels y ritmos, o sea auténticas máquinas de placer. Los conocimos a través de nuestro amigo Frederik Serroen, el mejor de entre los belgas -bridamos por él!-. Su amigo Maarten, que ahora lleva el excelente proyecto (algún día hablaremos más de él) Rotor, en Bruselas, les llevaba la promo, y por ahí conocimos a Lo-Bat y a los C-Men. Y a través de ellos oí­mos hablar de Rabato. Y, simplemente, nos flipó su filosofía, y también su música, y seguimos colgados de esos ritmos que pueden ser tiernos o macarras, pero siempre arrebatadores. Tengo grabada la cara de Bobi, de Don Simón y Telefunken, en aquella noche mítica de Palma de Mallorca, iluminada al poder internarse en los misterios de hacer ese musicón con una cosa tan pequeña, que se puede llevar colgada del cinturón.

Desde aquel final de verano de 2006, Rabato y los Yes, Robot han estado por medio mundo, incluso en el festival Blip de Nueva York, pero nunca han dejado de atender a nuestra llamada, y -por ejemplo-, la liaron parda en el evento del Conde Duque de Setiembre. Sin ellos la fiesta hubiera sido menor, seguro. En ese video la música es suya, y parece que está puesta como banda sonora, pero está tocada en directo. Buena señal.

Detrás de la barba recortada y los rizos perfectos de Rabato se esconde un alma makinera que, con dos game boys sobre una mesa sobre la que parecen aún más pequeñas y un LSDJ acaba, después del estupor general, poniendo el garito patas arriba. Además, hace unas fotos con mucho mucho gusto. Cómo no, también utiliza la cámara de la gameboy e, incluso así, le quedan bien al jodío.

Los Yes, Robot, además, añaden otros muchos instrumentos analógicos, algunos de ellos modificados, para hacer una música algo más tecno y, por ello, algo más fácil, digamos que más reconocible. Ellos, además, le dan a la melodía, y no tienen nada que envidiar a los grandes del género. Ni Human League ni New Order ni la madre que los parió. Además, son unos cachondos -ese que cae libremente es uno de ellos, por si os lo encontráis esta tarde por Madrid…-. ¿Qué más se puede pedir?

Parece fácil de hacer, pero no lo es. Si queréis comprobarlo, esta noche los Y,R y mañana Rabato en lacasaencendida, por los tí­picos tres euros de los conciertos. No sabemos si quedan entradas, pero si podéis ir, intentadlo, insistid. Será inolvidable (y es una pena que no lleven visuales, por cierto…).