Estos días de vuelta a Madrid me he encontrado por la calle con más muebles que de costumbre. Puede que sea simplemente casualidad, o que estoy yendo más en bici, pero después me he dado cuenta de que debía estar relacionado con la noticia que leí de pasada hace unos días. Se ha cerrado en Madrid el servicio diario que recorría todos los distritos de la ciudad recogiendo los enseres y muebles viejos. En los días señalados, los barrios elegidos se convertían en unas noches de objetos, basura, chatarreros y gente que quería llevarse algún trofeo a casa. Esto ocurría cualquier noche de Madrid, pero en estos lugares y fechas señaladas se intensificaba, y mucho. Toda esta gente lo que hacía era prevenir que estos muebles y materiales acabaran en el vertedero. Todavía hay muchas personas que piensan que estos muebles eran salvados por los recogedores oficiales, pero esto no es así. Lo que entra en esos camiones es depositado en las plantas de reciclaje junto al vertedero para ser triturado, si es que no se ha triturado ya por el camino en alguno de los camiones destinados al efecto. Estos materiales triturados luego pasan seguramente a la industria del reciclaje.
El asunto es que por motivo de la crisis se ha cancelado este servicio y ahora hay que avisar para que te recojan los voluminosos que vas a tirar. Hace poco estuvimos en Manresa y el ayuntamiento ofrecía este mismo servicio. Lo que ocurría era que los muebles seguían apareciendo en cualquier esquina y siempre dependía de si un chatarrero o vecino había llegado antes que el camión oficial a llevarse el tesoro. Las contratas encargadas de llevarse lo encontrado lo depositan en puntos limpios, plantas de reciclaje o en el/un vertedero, pero no hay espacio ni modo pensado para gestionar los objetos como bienes útiles y sí como materia prima de la industria del reciclaje.
Así que, de este modo, las búsquedas nocturnas volverán a ser más dispersas, y ya no habrá procesiones de camionetas buscando chatarra en un solo barrio. Yo ya no recuerdo cuánto tiempo lleva instalado este sistema de repartición por barrios y días. En safari Basura republicábamos, para darle mayor visibilidad, lo que ya madrid.es publicaba: las fechas de recogida. Si ya lo era antes, la noche de Madrid puede trae más sorpresas que nunca, y más deslocalizadamente. Lo que sí que seguirá siendo es una acitividad ilegal, pero que el Ayuntamiento deja hacer mirando para otro lado: en el fondo le viene bien que estos materiales sean separados y seleccionados casi en origen por los recogedores informales.
Hace poco, tras una visita a Valdemingómez, pudimos presenciar la descarga de uno de estos camiones cargados de enseres. ¿Podrían gestionarse estos recursos más eficientemente? ¿Podría imaginarse una tienda gratis de gestión pública de residuos voluminosos? Ello exigiría un esfuerzo y consumo de recursos pero supongo que saldría más barato en términos energéticos, económicos y sociales. Piensen: usted tira la mesa, es triturada, se transforma en aglomerado y forma un tablón, usted va a Ikea y vuelve a comprarla ¿Nos podemos ahorrar todo esto? ¿Alguien podría hacer el cálculo energético de los dos procesos?
Muebles esperando su turno en las instalaciones de Valdemingómez