Cuando pensamos en los efectos secundarios que tiene el sistema económico actual sobre el medio ambiente tendemos a fijarnos en los desechos que producimos, en cómo son y dónde acaban. Pero hay otros agentes íntimamente ligados a los procesos de consumo que tienen una repercusión igual (y en ocasiones mayor) sobre el territorio: pertenecen al sector primario y se centran en la obtención de materias primas y la producción de energía.
Durante estas vacaciones hemos viajado en autobús, coche, tren o avión para llegar al pueblo o a un chalecito en la costa, hemos utilizado el aire acondicionado para soportar el calor, el frigorífico para hacer hielos y el ascensor para subir la compra.
Salvo inflar el flotador en la piscina y untarnos crema protectora en la playa casi todas las actividades que realizamos hoy en día requieren de energía externa para ser llevadas a cabo.
De dónde procede esta energía y cómo afecta a nuestro entorno son cosas que generalmente deconocemos y, para ser sinceros, tampoco nos importan demasiado.
Pero a veces un árbol se cae en suiza y deja sin electricidad a media Italia o Rusia invade un país y Europa ve peligrar su suministro de petróleo (casualmente por Georgia pasa el oleoducto TBC, la única tubería que lleva al continente europeo el crudo del Caspio sin pasar por Rusia, que hasta su construcción ostentaba el monopolio de los suministros de hidrocarburos procedentes de Asia Central).
En fin que aunque no le prestemos mucha atención la cosa de la energía tiene su miga y como de momento no sabemos vivir sin ella las grandes empresas buscan formas de conseguirla que sean baratas, poco problemáticas y lo más infinitas posibles.
También intentan mantenerlas alejadas de los núcleos urbanos pues por lo general son molestas y dan un poco de miedo.
Este es el caso de Horns Rev en Dinamarca. Una plantación de margaritas de mas de un centenar de metros de altura en medio del Mar del Norte (a unos 14km de la costa oeste de Dinamarca).
Este parque eólico fue terminado en 2002 y es el más grande de los construidos sobre el agua (de ahí lo de offshore), consta de 80 aerogeneradores de 110 metros de altura y abastece de energía a unas 150.000 viviendas (una arriba una abajo).
Además de lo impactante de encontrarse con esta plantación en medio del mar hay que pensar en cómo hacen los jardineros para llevar allí unas palas de unos 30 metros de longitud y montar toda la estructura sobre una superficie tan inestable como el agua.
Gracias a las fotos de Gunnar Britse y del blog fogonazos (un lugar de referencia) nos podemos hacer una idea.
Transporte de las palas:
Montaje de las hélices:
Transporte de las piezas:
Cimentación y anclaje de la estructura principal:
Ensamblaje:
Acabado:
Resultado final:
Información adicional:
Vista aérea tomada vía satélite.
[youtube]http://es.youtube.com/watch?v=dpMqvEAJEfU[/youtube]
Documental sobre Horns Rev.
Aunque esta tecnología se aplica sobre todo en los piases del norte de Europa, en España ya se está pensando en construir el primero.
Por cierto, ni idea de cómo salen los obreros cuando todo está montado…