Mil girasoles secándose en una nave de un matadero. Donde se colgaban antes otros cadáveres hay ahora plantas colgadas. Lo que fue una cámara frigorífica, ahora ha congelado un paisaje. En el suelo hay arena y escombros del descampado, no son una metáfora, no son una réplica. Los bancos están para ver pasar la vida (o la nada) y comer las pipas de los girasoles que sobrevuelan. Una luz mortecina amarilla en eterno anochecer baña el ambiente. Al fondo un vídeo del descampado en el que no pasa (casi) nada.
Lo que queda fuera de plano, fuera de la sala, fuera de esa tremenda belleza desangelada, fuera del sueño del descampado invertido donde los girasoles miran a un cielo de arena y escombros, es un vídeo que recoge reflexiones de los vecinos sobre lo que significa mudarse y vivir allí, en la ciudad del descampado. Cuentan historias personales que les llevaron hasta allí, la ilusión y desilusión, los encuentros con otros vecinos. Las imágenes mientras muestra el proceso de cultivo de los girasoles entre los habitantes del PAU y Basurama. Del descampado a una cultivo urbano de un cuarto de hectárea.
¿Qué es la instalación Agostamiento en Abierto x Obras? ¿Un relato sobre el fracaso de la planificación urbana? ¿Una protesta sobre el estado actual de abandono de los desarrollos urbanos que quedaron inacabados? ¿Un lugar donde los vecinos pueden encontrarse entre sí y con el lugar donde viven? ¿Una pregunta sobre la herida que supusieron los excesos de la burbuja inmobiliaria y su estallido que aún no está cerrada?
La plantación de los 7.000 girasoles del PAU del Ensanche de Vallecas es un huerta urbana, pero de otra escala, como las de Detroit. Es agricultura en la ciudad. El solar donde se asienta es el centro del bulevar de la Gran Vía del Sureste que quedó inacabado. Cada descampado tiene su historia, o sus no historias, este parece un solar planificado. Se trata de un terreno baldío de 380 metros de largo rodeado por una montaña de escombros de metro y medio de altura que recorre todo el perímetro. Lo flanquean dos vías de 3 carriles con aparcamiento en línea y en batería a cada lado y dos megarotondas en sus extremos. En ese secarral se inserta la plantación de 30x70m. Habría que imaginarse los girasoles ocupando todo el largo bulevar. La plantación que crece hasta desbordarse.
Si os dais prisa todavía podéis visitar los girasoles que todavía quedan plantados en el descampado. Se están agostando, muriendo para poder dar fruto. Poco a poco irán secando sus pipas para que las podamos comer. Un ciclo de vida necesario después del estallido de la inflorescencia en forma de boom inmobiliario. Así como la ciudad creció hasta orillas de este descampado, así se muere para reinventarse.
Los siete mil robles de Beuys todavía forman parte del paisaje de Kassel ¿qué preguntas nos dejarán los siete mil girasoles de Vallecas?
El viernes 21 de octubre de 2106 apúntate a la cosecha: