Este post pertenece a la serie de textos que documentan la construcción de inflables Zaborra Puztu en colaboración con el centro escolar público de Lekeitio (Bizkaia) dentro del marco de KALEKA, Festival internacional de teatro de calle de Lekeitio.
Después de varias semanas de trabajo con el alumnado de Lekeitio, los tres inflables construidos unieron sus poderes. El evento final, dentro de la programación de invierno de Kaleka, reunió durante un día de vacaciones de Navidad al alumnado, al profesorado y a los padres de Lekeitio en el espectacular espacio del frontón municipal.
La idea era que el público pudiera disfrutar en un mismo lugar de todos los hinchables que se habían hecho en el proyecto. También queríamos que fuera un evento interactivo, y que se pudiera jugar con los inflables de varias maneras, manteniendo vivo el proceso creativo. Durante la mañana, con la ayuda de unos quince jóvenes de Lekeitio, nos dedicamos a ensamblar las piezas: los tres inflables, el cilindro, el tetraedro y el tubo de pasta de dientes, los pasillos de unión, la entrada y el acceso para personas con movilidad reducida.
Se añadieron algunas ventanas al cilindro para comunicar visualmente el exterior con el interior. Esto se hizo con el inflable hinchado, pegando directamente trozos de plástico superpuestos con cinta adhesiva y recortando el plástico original sobrante.
Para mantener fijos al suelo los inflables, la organización consiguío unos fantásticos objetos pesados: lastres y cuerdas de un barco de pescadores del mismo Lekeitio.
Además del hinchable, se construyeron otros juegos con los retales de plástico y otros envases descartados: bolas para lanzar a la canasta, bolos hechos con botellas de leche, juguetes con envases de yogur y recortables en papel a pequeña escala con otras formas geométricas.
Queremos destacar algunos hallazgos del evento desde el punto de vista pedagógico:
Los tres hinchables unidos ocupaban casi completamente la longitud del frontón. Su tamaño, que no era pequeño en relación al de la cancha, creaba una relación de escala interesante. Con los hinchables ya inflados, cambió completamente la percepción del espacio. Así mismo, el hinchable ofrecía una experiencia espacial rica porque al recorrerlo se percibían varios ensanchamientos y estrechamientos de los espacios. La idea de hacer inflables con figuras geométricas diferentes contribuye a una experiencia espacial atractiva y estimulante para el visitante, más aún para los niños por su tamaño menor. La percepción del color también era cambiante, los tres tenían una gama cromática distinta.
Los juegos con plásticos y la posibilidad de interactuar con los hinchables, crearon un ambiente que incentivaba la creatividad espontánea de los niños. Observando su conducta a lo largo del evento, llamaba la atención la diversidad de actividades que se generaban en torno a los inflables y al plástico y que simultáneamente las estuvieran desarrollando de forma autónoma bajo su propio criterio. Algunos correteaban por el interior de los inflables, otros se tumbaban en el suelo a observar el techo, unos pintaban con rotuladores los pasillos desde dentro, algunos más mayores escribían paredes y suelos, los más pequeños dibujaban. En el lado de fuera también se pintaba y surgieron varios juegos entre los que pintaban dentro y fuera. Algunos simplemente jugueteaban con las paredes de los inflables.
El espacio, en resumen, se convirtió en un gran plaza pública de juegos. Los hinchables sirvieron como elemento de apropiación espacial y como espacio de interacción. El público pudo ver el resultado del proceso de trabajo de los alumnos pero también tuvo la oportunidad de experimentar las cualidades lúdicas de los inflables creados.
Más imágenes en este album y en el siguiente vídeo: